Sistema de riego comunal de Alborge
Sistema de riego para garantizar la distribución y presencia del agua necesaria en cada huerto de la localidad.
Aguas abajo de Gelsa, todo el regadío tradicional de la comarca se realiza mediante agua elevada (a excepción de Sástago que tiene agua por acequia de boquera), extraída directamente del río Ebro cuyos meandros separan los diferentes pueblos y hacen que cada localidad tenga su propio sistema de regadío regido por su propio sindicato de regantes. El de Alborge se encarga de gestionar el agua necesaria para regar la huerta tradicional del municipio y en él participan propietarios y/o arrendatarios de las parcelas de los huertos. La distribución del agua se realiza mediante una red de acequias con cajeros de hormigón y provistas de tajaderas para permitir o cortar el paso del agua en cada uno de sus desvíos. Originalmente, el conjunto hidráulico estaba compuesto por un azud, una caja de noria para la elevación del agua desde el Ebro y un molino harinero de regolfo del siglo XVI. En la actualidad, la elevación del agua se efectúa mediante la acción de dos motores de los que uno es propiedad del Sindicato de Riegos y el otro de la Fábrica de Sástago, aunque haga uso de él el Sindicato de Alborge.
La distribución del agua de riego (entre finales de enero y finales de octubre) se realiza por turnos y obedece a las necesidades del calendario de cultivos de la localidad: alfalfa desde finales de enero hasta septiembre, trigo y cebada entre febrero y marzo, y maíz desde mayo hasta octubre.
El sistema del reparto de los turnos de riego no sigue un orden fijado previamente sino que, por lo general, va estableciéndose conforme quien quiere regar le pide el agua a quien lo está haciendo en ese momento, de manera que cuando termina uno, empieza el otro. Las pocas personas que tienen huertas particulares, en el pueblo o en sus casas, riegan con agua de boca del municipio.
Otra importante labor de la iniciativa consiste en el mantenimiento de la acequia. La obligación de reparaciones y arreglos del sistema de riegos (motor, acequias, etc.) corresponde al Sindicato de Riegos en su conjunto. Sin embargo, cada regante ha de responsabilizarse de la limpieza de su “confrontación”, es decir, del trozo de acequia que haga linde con su campo. Cuando en cada lado de la acequia hay campos de propietarios diferentes, cada propietario limpia su orilla de la acequia. Si la acequia linda en uno de sus lados con sarda o con secano, al propietario del campo le toca limpiar las dos orillas de la acequia. A partir de que se reforzó el cajero con hormigón, no hay que hacer mucho más mantenimiento
Sindicato de Riegos de Alborge
Garantizar la distribución y presencia del agua necesaria en cada huerto de la localidad para que produzca lo que se siembre
El total de personas que son propietarias de las tierras beneficiarias es alrededor de una veintena, aunque la mayor parte de ellas son personas mayores que no trabajan las tierras o ni siquiera viven en el pueblo. En la actualidad son entre 5 y 7 personas (tanto propietarias como arrendatarias), algunas de ellas ya mayores, quienes hacen uso de las aguas de riego y mantienen activo el sistema comunal de reparto de turnos
El Sindicato cuenta con una junta compuesta por 5 personas, entre las que se encuentra un presidente, un tesorero, un secretario y dos vocales, durante un mandato de 4 años de duración. En todo caso, debido al reducido número de miembros, lo habitual es renovar la Junta cambiando de cargos entre las mismas personas. La asamblea con todas las personas integrantes del Sindicato se realiza una vez al año y en ella tiene un papel principal el posible reparto de gastos de electricidad de uno de los motores.
Este sistema de riego se encontraba ya en funcionamiento en época andalusí y aparece citado por primera vez en el año 1185, constituyendo la referencia documental más antigua de una noria en la comarca. En la memoria popular, este sistema de riego es “de toda la vida”.
Con la implantación de la Fábrica Electrometalúrgica del Ebro de Sástago, se mantuvieron los azudes o saltos de agua en la zona, pero quitaron las norias y fueron sustituidas por motores para la elevación del agua, asumiendo el compromiso de mantenerlos. En Alborge (lo mismo que en Cinco Olivas y Alforque) el motor está resguardado en un “caseto” junto al río que es propiedad de la Fábrica del Salto de Aguas. En este caso, además, el Sindicato puso posteriormente otro motor, en propiedad del sindicato, para paliar el escaso caudal del verano y para prevenir posibles averías o fallos.
En el caso de Alborge y en relación a la noria, se restauró el molino de harina que, aunque no funciona, tiene la maquinaria en perfecto estado de conservación, y en el que se planeó en su día hacer un museo etnográfico, con fondos en relación a la Exposición Internacional del Agua de 2008.
Huerta tradicional del término municipal de Alborge.
Además de este sistema de riego tradicional, en Alborge se cuenta con otro más reciente, puesto en marcha por unos propietarios particulares, integrado en el Plan de Regadíos del Bajo Aragón (PEBEA) de finales de los 90 por el Gobierno de Aragón con financiación europea. Es un sistema leñoso a goteo que permite mantener la producción del secano. Al menos un regante pertenece a ambos sistemas de riego (PEBEA y riego tradicional).
Continúa activo un sistema de regadío tradicional de origen milenario.
La avanzada edad de algunos de los usuarios plantea problema de relevo generacional.
Varios jóvenes han mostrado interés por seguir explotando las huertas como medio de vida para permanecer en el pueblo, aunque casi ninguno de ellos tiene huerto en propiedad.
El uso de los recursos cercanos y presentes en el entorno (agua del río Ebro y terreno de huerta tradicional) permite una actividad hortícola de “KM 0” sin tan apenas insumos procedentes del exterior.